Solo hay una cosa más negativa que una variación sorpresiva en el contexto de tu negocio, combinada con externalidades negativas que ya se empiezan a notar en tu horizonte de operación. Y eso es, una falta de capacidad para mantener la calma y pensar con claridad.

¿Se autoregularán? ¿Beneficiarán sus reformas? ¿Cómo será afectada la libre empresa? ¿Rebalancearán las finanzas públicas sin inducir una recesión? ¿Mantendrán el grado de inversión del país? Estas y más son las interrogantes que circulan hoy en más de un espacio de decisión empresarial.

Y no es infundada la incertidumbre. El que el nuevo gobierno vaya a gozar de una fuerza legislativa para cambiar cualquier norma, en cualquier momento, en la dirección que quiera y sin contrapesos institucionales, hace que hasta la compañía más consolidada tenga que evaluar todos los escenarios que puedan afectar su normalidad operativa en México.

¿Qué es recomendable mantener en mente al ponderar esta nueva realidad? Aquí tres elementos para la reflexión directiva:

1) Estudiar a los nuevos protagonistas en el poder.- Base cero y en todos los niveles de decisión. Aunque de una misma coalición, en octubre 1º inicia un nuevo gobierno. Los equipos se renuevan, las afinidades se refrescan y algunos intereses se modifican, los institucionales y los personales.

La empresa deberá acercarse a la parte de gobierno que le es relevante para construir un relacionamiento tan inteligente y funcional como le sea posible. Y sí. En más de un caso habrá que enseñar, informar o sensibilizar, así como encontrar formas de interacción productiva mutua.

2) Distinguir las barreras reales de las imaginarias.- En concepto, a cada quien en la directiva le gustaría que las cosas fuesen de determinada manera. En la realidad, las cosas son como son y tenderán a modificarse de cierta forma, le guste a unos o le disguste a otros.

La empresa deberá mantener el foco en las tecnicalidades y detalles finos de cada nueva norma, acto administrativo y efecto de mercado que lo afecte o involucre para ajustar su operación y sus planes de crecimiento en la línea de su conveniencia y con la debida oportunidad.

3) Incrementar la flexibilidad estratégica.- Bien dicen los que saben: hay que generar opciones nuevas, todo el tiempo. Dentro del país y fuera. En el mercado que participas y en otro posibles. En tus líneas de negocios afines y en nuevos terrenos de posibilidad.

La empresa deberá abrir su abanico de posibilidades tanto como su ancho de banda lo permita para estar listo para reaccionar en los escenarios más extremos: si surgen oportunidades hoy insospechadas o si sus negocios ordinarios son afectados de manera grave por decisiones de gobierno.

Los estudiosos de la Ciencia Política afirman que sólo el poder es capaz de controlar el poder. Muy pocas compañías tendrán el poder propio para contener la fuerza de un gobierno sin contrapesos constitucionales funcionales.

Lo que todas las empresas podemos hacer es evitar el sonambulismo estratégico. Y estar tan atentos a los resultados insatisfactorios como a los emergentes para reaccionar adecuadamente cuando corresponda.

Bien le escuché decir un día al Profesor James K. Sebenius en el Harvard Faculty Club que en momentos importantes se necesita un Plan P que lo resumía como: ‘keep calm and be prepared’.

Y esta semana es Fábric de Negocios en Edomex

Del 24 al 27 de junio, GS1 México será anfitrión de un foro de negocios de lo más interesante para quienes buscan impulsar sus empresas en el mundo del comercio.

Mis servicios de inteligencia me reportan que traerán de Canadá al futurista Doug Stephens y que su programa contempla conferencias de Ana Francisca Vega, Engel Fonseca y Oso Trava, entre muchos otros profesionales. ¡Ahí nos vemos!.

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