En contra de todos los pronósticos, y a pesar de que el presidente Andrés Manuel López Obrador continúa usando la ‘mañanera’ para imponer su agenda para el siguiente sexenio-incluyendo una reforma judicial que podría sabotear la gobernabilidad en el siguiente sexenio, además de no asignarle un peso del erario para lleva a cabo la transición, la doctora Claudia Sheinbaum continúa tomando decisiones que marcarán la diferencia entre el actual Presidente y la futura Presidenta.
El anuncio de esta semana de los primeros seis nombramientos de su gabinete es un ejemplo de cómo ella está distanciando de algunos de los fundamentos y del estilo de gobernar de López Obrador. Había expectativa de algunos nombres que presentó la Dra. Sheinbaum, pero hubo nombramientos sorpresivos. Y lo más importante fue el mensaje para la saliente administración.
Canas, conocimiento y experiencia. Este fue el mensaje más inmediato del anuncio de esta semana es el reconocimiento a la experiencia profesional y el nivel académico de los nuevos miembros del gabinete, con esto distanciándose de la poca importancia que López Obrador le da a la experiencia y conocimiento.
Pero también estos nombramientos subrayan la importancia del nivel académico. Con la excepción de Ernestina Godoy como la nueva consejera jurídica en la Presidencia, los otros futuros secretarios y secretarias tiene títulos académicos con especializaciones, maestrías y doctorados de universidades nacionales y en el extranjero: Marcelo Ebrard en la Secretaria de Economía, Juan Ramón de la Fuente en Relaciones Exteriores, Alicia Bárcenas en Medio Ambiente, Julio Berdegué Sacristán en Agricultura y Rosaura Ruiz que presidirá la nueva Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación.
Con la creación de esta nueva secretaria, no solo envía un mensaje de la importancia que seguramente le dará la presidenta a la innovación, tecnología y conocimiento. Era de esperarse porque la futura presidenta es científica, pero también rompe con los estereotipos de que la ciencia es un mundo de hombres. Es difícil imaginarse que la nueva secretaria se dedique a perseguir y acusar a científicos y académicos como lo hizo la actual nefasta directora del Conahcyt, María Elena Álvarez-Buylla Roces.
El mismo nombramiento del exrector de la UNAM, Ramón de la Fuente como canciller, es un mensaje de optimismo de la importancia del conocimiento. Además, hay garantía que por lo menos cinco de los nombramientos de esta semana serán funcionarios que además de hablar otros idiomas, entienden el contexto internacional y seguramente esto se verá reflejado en sus secretarías.
México is back! Otro mensaje importante de estos nombramientos es que México volvería asumir un papel relevante en el contexto internacional. En lugar de atacar a la ONU, la OEA y otras organizaciones multilaterales, la Presidenta y su equipo seguramente tendrán presencia y buscarán asegurar la relevancia de México ante los múltiples conflictos y amenazas a los intereses económicos y de seguridad nacional del país.
Y con el nombramiento de Ebrard en Economía, De la Fuente como canciller y Rogelio Ramírez de la O en Hacienda, envía un mensaje de confianza, estabilidad y de institucionalidad a países aliados, socios comerciales e inversionistas. Especialmente ante la renegociación del TMEC en el 2026, la posibilidad de la reelección de Donald Trump, una posible desaceleración de la economía global y las múltiples crisis alrededor del mundo. Indudablemente este equipo incrementa la confianza de que la política de promover nearshoring será una prioridad.
Otro aspecto relevante de estos nombramientos es que México, al regresar a los foros internacionales, también implica que tendrá que escuchar otros países democráticos en cuestiones de protección del medio ambiente, cambio climático, derechos humanos y mejores practicas en el fortalecimiento del combate al lavado de dinero y corrupción, temas que el actual presidente simple y llanamente ignoró o atacó por injerencistas y posiciones neoliberales. En este momento, una de las preocupaciones de las empresas calificadoras son las reformas que insiste dejar AMLO a su sucesora, como la elección de ministros, jueces y magistrados, y el impacto a largo plazo en la institucionalidad y gobernabilidad en México.
‘Yo mando aquí, ni se les ocurra ignorarme’. Me parece que fue una mezquindad del Presidente no asignar presupuesto para la transición, no por razones de la austeridad republicana, sino como una forma de controlar el proceso y el mensaje de la transición. Además de que López Obrador nos recuerda a diario que el sigue en el poder.
Pero los nombramientos de esta semana envían una señal de que la futura Presidenta tiene una visión de país, que difiere el actual, done en el siguiente sexenio habrá menos ocurrencias desde el ejecutivo, implementados por funcionarios improvisados.