Walter Solís fue hombre duro del Gobierno de Rafael (Correa), estuvo a cargo de la secretaría del Agua y participó en una obra importante de Odebrecht llamada El Acueducto de la Esperanza; cuando estalla el escándalo Odebrecht le cuesta la reputación y la libertad, comenta vía WhatsApp a El Economista Andersson Boscán, periodista ecuatoriano quien se encuentra refugiado en Canadá luego de haber recibido amenazas de muerte.  

Pese a que Solís tiene sentencias de cárcel por peculado por 367 millones de dólares, el Gobierno de México le otorgó refugio.

El 20 de octubre Walter Solís fue capturado en México por la Interpol, pero ayer 20 de noviembre, la Secretaría de Relaciones Exteriores de Juan Ramón de la Fuente emitió un comunicado en el que recuerda que Solís tiene “condición de refugiado”.

Para Andersson Boscán le “parece un abuso de la figura de refugio, y hoy que soy yo un refugiado lo digo con doble carga: causa y conocimiento, y le va a servir como una leguleyada para evitar una extradición”.

Boscán dirige el noticiero digital “Café La Posta” y es coautor, junto a Mónica Velásquez, del libro El Gran Padrino, donde describe la trama de corrupción de un cuñado del presidente Guillermo Lasso.

La decisión de otorgarle refugio a Solís y a varios miembros cercanos de Rafael Correa es “una forma de evitar la justicia cada vez más común y se establece como una práctica común entre los corruptos ecuatorianos y lamentablemente el Gobierno mexicano”.

Sobre Jorge Glas, Boscán indica: “Si tenemos que resumir la corrupción del Gobierno de Correa en dos palabras: Jorge Glas”.

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