“Valgo más muerto que vivo”, me dijo una de mis fuentes, llorando de la ansiedad y desesperación, pues se quedará con una mano adelante y otra atrás, tras décadas dedicadas a Sagarpa.

“Del dicho al hecho hay mucho trecho”

Esto mismo ocurre con el gobierno, pues sus palabras constantemente pierden valor, porque sus actos no coinciden.

La Presidenta envió una carta a todos los servidores públicos el pasado 2 de octubre: “Su horizonte será predicar con el ejemplo. Los servidores públicos deben evitar y condenar las malas prácticas, sin influyentismo, sin nepotismo, sin corrupción ni impunidad”.

Y se lee que: “Cualquier conducta ilegal de los servidores públicos que viole el código ético será denunciado y sancionado”.

Café con piquete

Porque, en la realidad, en la Secretaría de Agricultura, como en muchas partes de México, las palabras bonitas no sirven cuando la autoridad y el gobierno te abandona, no cumple lo que dice y en lugar de investigar y sancionar, te amenaza, dejando a los ciudadanos en un estado de indefensión y desesperanza.

Todo lo anterior viene a cuenta porque la coordinadora general de Bienestar, de quien no encontré cédula a su nombre ni firma como licenciada, Rocío Miranda, quien tendrá a su cargo los programas sociales de Producción para el Bienestar y Fertilizantes para el Bienestar, con un presupuesto para 2025 de 33 mil 800 millones de pesos, está violando los preceptos del Código de Ética de la Administración Pública Federal, así como de la Ley General de Responsabilidades Administrativas, ejerciendo y provocando violencia y acoso laboral, abuso de funciones y nepotismo; más fácil, lo pedido por Sheinbaum.

Siéntese cómodamente

Su sobrina y mano derecha (así fue presentada, lo cual es nepotismo), Juliana Estefany Miranda, de quien tampoco encontré cédula profesional, fue una de las encargadas de exigir, a nombre del secretario Julio Berdegué, el pasado jueves 14 de noviembre, a varios empleados y funcionarios de carrera su renuncia voluntaria. ¡Así como lo están leyendo! Obvio, con carácter de inmediato y en tono de burla dijo que ni siquiera era para el 15 de noviembre, la querían en menos de 30 minutos.

Esta exigencia no obedece al desempeño laboral, en las palabras de la propia sobrina de la coordinadora; dicen saber que se cumplía con el trabajo.

Entonces ¿a qué obedece?

Al sello de la ‘4T’, querer que sus amigos o familiares ocupen esos puestos. Si tienen los estudios o la experiencia, es lo de menos.

Al no querer firmar la renuncia, comenzó el acoso y violencia laboral, y súmele que otra gran servidora -ok no- los amenazó con atenerse a las consecuencias, pues la orden, aseguró, viene de la coordinadora general de Bienestar, Rocío Miranda.

¿Por qué ese abuso de poder? ¿Por qué les hacen la vida imposible?, socavando su dignidad, si no los quieren ahí, pues córranlos, como lo marca la ley.

Ojo, secretario Marath Baruch Bolaños, aquí hay personas que debes defender.

No está por demás dejar en claro que todo esto ha pasado sin que diversas autoridades, entre ellas el secretario, y el subse de Agricultura, aun con las pruebas, incluidos videos que les fueron enviados, investiguen y castiguen estos actos que tanto juran acabar en este gobierno.

Raquel Buenrostro:

¿A cuánta gente ha dejado esta nueva coordinadora de Bienestar sin bienestar, sin empleo? ¿Cuántas familias se quedarán sin sustento? ¿Cuánto daño físico y psicológico se está causando?

Sólo le puedo mencionar que en Agricultura hay muchos servidores públicos más en esta situación, quienes tienen videos, pero por miedo no han denunciado que los obligan a firmar su “renuncia voluntaria”.

Ah, y por no dejar, hablamos de funcionarios con décadas de trabajo, no compinches de la administración pasada.

¡Banjército pagó!

Qué les cuento, que Banjército por fin les pagó a los empleados los cuatro años del reparto de utilidades que por ley se debe entregar, pero que el exsecretario de Hacienda Arturo Herrera les quitó para agradar a AMLO y que esa lana se fuera a sus obras faraónicas.

El miércoles 13 de noviembre les empleados y exempleados recibieron una llamada de parte de la lic Plata, de Relaciones Laborales, para informarles que tenían que acudir a la CDMX el sábado 16 para, por fin, cobrar sus utilidades.

¡Gran noticia!

Ahora bien, si no se presentaban ese día en la ciudad ya no les pagarían. Por lo que tuvieron que conseguir boletos de emergencia para poder acudir a recoger lo que, por derecho, les correspondía.

Hubo filas de hasta ocho horas, pues llegaron de todas partes y sólo había cinco personas atendiendo. Obvio, les pidieron desistirse de sus demandas por este tema.

Y ya que hablo de esta institución, les cuento que los empleados se quejan del titular adjunto de Negocios, el coronel Merino, por malos tratos, los cuales incluyen hasta humillaciones a los trabajadores civiles. También me reportan que existe acoso laboral en las diferentes direcciones, pero en especial Banca Comercial y Servicios Bancarios Fronterizos.

“Nos sentimos observados y acosados en todo momento. Siempre están checando las cámaras de circuito cerrado, lo que nos hace trabajar con miedo de que cualquier movimiento que hagamos se fuera a malinterpretar. Los directivos militares ejercen presión sobre los gerentes, nos hacen ver a todos los civiles como unos corruptos. Existen muchas anomalías en sus decisiones, pero siempre hacen culpables a los ejecutivos y a los cajeros injustamente. El coronel Rubí siempre vio por el bien de los empleados y el actual sólo humilla. Presidenta, ayúdenos”.

Desde el 25 de febrero de 2022 comencé a documentar este atraco de Hacienda contra trabajadores de Banjército, en la columna Asalto en Banjército y, como reza el refrán… más vale tarde que nunca.

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