Durante el tercer trimestre del año, el PIB creció más rápido de lo que la mayoría de los analistas estimaban.

El viernes pasado, el INEGI dio a conocer su segunda estimación de esta medida de la actividad económica, reportando que, a tasa anual tuvo un alza de 1.6 por ciento respecto al mismo periodo de 2023 y a tasa trimestral tuvo un crecimiento de 1.1 por ciento respecto al segundo trimestre del año, ligeramente superior a la estimación inicial de 1.0 por ciento.

Este registro trimestral fue el más alto desde el segundo trimestre de 2022.

¿Qué es lo que explica este desempeño de la economía?

El sector más importante de la economía en cuanto a su peso en el PIB, el terciario, creció al mismo ritmo que el conjunto del PIB (1.1 por ciento trimestral), pero el sector manufacturero, que parecía que perdía fuerza, tuvo un alza de 1.3 por ciento, lo que empujó hacia arriba a la industria en su conjunto con un 0.9 por ciento, cuando parecía que podría tener un registro negativo.

Y, aunque el sector primario pesa poco en la economía, tuvo un alza muy destacada, con un 4.9 por ciento trimestral.

No hay que perder de vista que el sector terciario sigue respondiendo a un crecimiento elevado de la masa salarial real.

El crecimiento promedio del número de asegurados en el trimestre en cuestión fue de 1.8 por ciento, mientras que el salario medio de cotización tuvo un alza promedio en términos reales de 4.3 por ciento, lo que dio como resultado que la masa salarial tenga un incremento real de 6.2 por ciento en el periodo.

El otro factor a considerar en el desempeño del PIB son las exportaciones no petroleras, que crecieron a una tasa promedio de 5.5 por ciento en el trimestre, y específicamente las de manufacturas lo hicieron a un ritmo medio de 5.2 por ciento.

Claro que las cifras favorables del tercer trimestre no van a cambiar de modo relevante la expectativa del cierre de este año.

Hacienda estima que el rango para el crecimiento de este año será de 1.5 a 2.5 por ciento.

Lo que el INEGI ya estableció es que hasta el tercer trimestre hay un crecimiento promedio de 1.5 por ciento.

Para llegar al 2 por ciento, que es el punto medio del rango fijado por Hacienda, sería necesario que en el cuarto trimestre la economía creciera a un ritmo de 3.5 por ciento, lo que parece muy remoto.

Más bien pareciera que podría crecer ligeramente por abajo del 1.5 por ciento, para cerrar el año quizás con un 1.4 por ciento para el conjunto de 2024.

La clave para la perspectiva económica de 2025 es lo que pueda ocurrir con el consumo interno y con las exportaciones de manufacturas.

Si resultara que la política comercial del nuevo gobierno de Estados Unidos castigara a las exportaciones mexicanas, entonces quizá se validaría la expectativa negativa que hoy domina el consenso de los expertos.

Pero, si resulta que al final de cuentas, la actitud agresiva en materia arancelaria del gobierno de Trump se concentra en los productos chinos, entonces quizá podría dar un resultado mejor a lo previsto, y las expectativas se revisarían hacia arriba.

Un crecimiento de 1.5 por ciento para este año es un desempeño pobre, sin duda. Pero más importante que lo que va a ocurrir en 2024, será la tendencia que se establezca en 2025.

Es lo que verá la mayoría de los inversionistas y lo que juzgarán las calificadoras.

Veremos si los números favorables del tercer trimestre fueron solo un asunto temporal o si marcan un mejor desempeño para el futuro.

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