Coca-Cola Andina Argentina reactivó después de dos décadas su planta embotelladora en la localidad mendocina de Godoy Cruz, Argentina, con la inauguración de una nueva línea de envases retornables en la que invirtió 40 millones de dólares e incorporará 200 nuevos puestos de trabajo. 

La operación ya está en funcionamiento y las botellas retornables que producirá son 100% circulares y más convenientes económicamente para los consumidores. Esta línea, una de las más grandes y rápidas de Sudamérica, cuenta con tecnología de última generación para la producción de envases retornables PET de 2 y 2.5 litros y de botellas de vidrio de 1.25 litros.

Según comunicó la compañía, estas botellas son más resistentes y duraderas y pueden reutilizarse en promedio hasta 25 veces, reduciendo la cantidad de plástico que se utiliza. Tiene la capacidad de procesar hasta 48 mil litros por hora en distintos formatos de envase y en simultáneo, destacándose así por su velocidad y versatilidad. La infraestructura cuenta con tecnología LED de iluminación de bajo consumo y alta eficiencia, lo que favorece el ahorro energético. Además, cuenta con un sistema de agua de dos pozos propios. Miguel Ángel Peirano, vicepresidente ejecutivo de Coca-Cola Andina, comentó: «Con esta inauguración, queremos reflejar el compromiso de Coca-Cola Andina Argentina y el Sistema Coca-Cola con el desarrollo sostenible en el país».

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