Los cálculos de dos matemáticos pusieron en entredicho la «paradoja del mono sabio«, que pretende que un simio, tecleando de forma aleatoria en una máquina de escribir, acabará por reproducir por ejemplo las obras completas de Shakespeare si se le da el tiempo necesario.

Esta hipótesis, formulada hace más de un siglo, apunta a que, con tiempo suficiente, algo improbable pero técnicamente posible puede volverse probable.

Pero matemáticos australianos calcularon que incluso todos los chimpancés del mundo «casi con seguridad» nunca llegarían a reproducir las obras del dramaturgo y poeta inglés, ni siquiera disponiendo de la duración del Universo para lograrlo.

En un estudio publicado esta semana en la revista Franklin Open, explican que calcularon lo que podría llegar a producir un mono que teclea una vez por segundo en un teclado de 30 caracteres durante 30 años.

También utilizaron una duración teórica del Universo de un gúgol, expresión numérica equivalente a un 1 seguido de 100 ceros. El experimento descartó factores como la dieta de los simios, sus medios de supervivencia o la extinción del Sol dentro de algunos miles de millones de años.

Según esos cálculos, un solo mono, tecleando durante toda su vida, tendría apenas 5% de posibilidades de que en sus combinaciones de letras aparezca la palabra «banana». Una palabra que, por cierto, está ausente de las 884.647 que conforman las obras completas de William Shakespeare.

Totalmente insuficiente

Los matemáticos quisieron darles una oportunidad a los monos «reclutando» chimpancés, el primate más cercano al humano.

La población actual de chimpancés en el mundo se estima en alrededor de 200,000 y el estudio partió de la hipótesis de que esta población se mantendría estable hasta el fin de los tiempos. La conclusión es que incluso una fuerza de trabajo tan grande sería totalmente insuficiente.

Sus probabilidades de éxito no serían «ni siquiera una en un millón», dijo al New Scientist uno de los autores del estudio, Stephen Woodcock, de la universidad de Tecnología de Sídney.

«Si cada átomo en el universo fuera, a su vez, un universo» para repetir la experiencia tantas veces como fuera necesario, «tampoco sucedería», insistió. Aumentar el número de chimpancés o su velocidad de escritura en el teclado no cambiaría nada, precisa el estudio.

La investigación concluye, con ironía, que el propio Shakespeare (1564-1616) pudo haber respondido a la pregunta de si «el trabajo de un mono podría realmente reemplazar el esfuerzo humano como fuente de conocimiento y creatividad» citando una réplica de su obra «Hamlet» (Acto 3, Escena 3, Línea 87) «No».

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