La vida es una montaña rusa llena de ciclos: temporadas buenas, regulares y malas. Y, en medio de esas fluctuaciones, la estabilidad económica se convierte en un anhelo. Aquellos que han ganado y perdido todo, saben lo que implica levantarse una y otra vez.

Se habla mucho de la riqueza económica, pero existe otra forma de riqueza que solo se aprecia en los momentos más oscuros: la riqueza de las personas que permanecen a tu lado cuando todo se desmorona.

Esta reflexión me recuerda la metáfora del árbol. En tiempos de abundancia, cuando el dinero fluye y todo parece marchar bien, muchas personas se acercan, atraídas por la prosperidad que, de alguna forma, las beneficia. La armonía reina y todo parece ser felicidad. Sin embargo, en los negocios, como en la vida, las cosas cambian.

Las ventas bajan, el mercado se sacude, y lo que parecía seguro, deja de serlo. Ante estas adversidades, las primeras personas en alejarse son aquellas que estaban solo por conveniencia. A estas amistades efímeras, que se marchan tan pronto como la situación cambia, las llamo amistades hoja: son frágiles, temporales y se dejan llevar por el viento de la incertidumbre.

Luego, están las amistades rama. Estas personas aguantan un poco más, tratando de brindar apoyo cuando las dificultades apenas comienzan. Sin embargo, cuando la situación se prolonga y requiere un compromiso más profundo, se quiebran. No están dispuestas a soportar la presión de los tiempos difíciles, y tras algunos meses, también se alejan.

Finalmente, en los momentos más críticos, quedan las amistades raíz. Estas son las personas que, cuando todo se derrumba, no huyen. Al contrario, piden “pico y pala” y se suman al esfuerzo de verte renacer.

No se trata solo de estar presentes, sino de ser testigos activos de tu resurgimiento. Estas personas son las que realmente creen en ti, en tu capacidad y en tu potencial. No les interesa solo tu éxito pasajero, sino el camino completo hacia él.

La verdadera riqueza de una persona, sea hombre o mujer, no está en los bienes materiales, sino en esas amistades raíz que se quedan a tu lado hasta el final, compartiendo el trabajo duro, las lágrimas y finalmente, el éxito.

A lo largo de la vida, encontrarás personas con doble moral, que se acercan solo en tiempos de bonanza, disfrazando sus intenciones con una falsa amistad.

Pero nunca subestimes el valor de aquellos que te apoyan en las malas, porque son ellos quienes realmente te ayudarán a levantarte cuando más lo necesites.

La verdadera riqueza está en las personas que se quedan hasta el final, siendo testigos de tu vuelta al éxito.

Lista de Correos

Lista de Correos

Suscríbete a nuestra lista de correos para recibir noticias de eventos y temas de interés

Has sido suscrito, Gracias