La Asamblea General de la ONU aprobó este miércoles por abrumadora mayoría una nueva resolución contra el bloqueo estadounidense a Cuba, vigente desde hace más de seis décadas, en una nueva victoria moral para la isla, aunque tendrá escasos efectos como ha ocurrido con las anteriores.
La resolución recibió 187 votos a favor, dos en contra —Estados Unidos y su aliado Israel— y una abstención.
Esta es la trigésima segunda declaración, no vinculante, que las autoridades cubanas presentan desde 1992 a favor de la «necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba», que ha marcado la vida de los cubanos desde hace más de seis décadas.
La resolución «insta a los estados que tienen y siguen aplicando tales leyes y medidas a que adopten las medidas necesarias para derogarlas o invalidarlas lo antes posible».
Para las autoridades de la isla, el embargo es el principal obstáculo para su desarrollo y causa de la profunda crisis económica que sufre y que se ha traducido en un éxodo de la población y el profundo descontento social.
Hace diez días, la isla sufrió un apagón generalizado de su obsoleto sistema eléctrico debido a la «carencia de combustible que afectó la generación y provocó inestabilidad asociada al estado precario» de sus plantas, producto del bloqueo estadounidense, dijo el canciller Bruno Rodríguez en la tribuna de la ONU.
«El pequeño David volvió a vencer al gigante Goliath», reaccionó el presidente cubano Miguel Díaz-Canel en la red social X.
«La pequeña #Cuba ha vuelto a derrotar al imperio vecino que, seguramente, ignorará con prepotencia la demanda mundial, pero la dignidad de este pueblo y la solidaridad universal han vuelto a derrotarlo», agregó.
«Política criminal»
«Nadie puede dudar de la capacidad que tiene hoy Estados Unidos para golpear con fuerza demoledora la economía de cualquier nación», dijo el canciller.
«En el caso de Cuba lleva 64 años haciéndolo», afirmó, tras recordar que esa «criminal política» ha ocasionado daños que ascienden a más de 164,000 millones de dólares en precios actuales.
Las medidas del bloqueo, recordó, se traducen en la «perenne agonía de encontrar los recursos que permitan pagar los embarques puntuales que contrata el país» y tiene un «impacto muy severo sobre la producción de alimentos» ya que «obstaculiza la disponibilidad de combustibles, semillas, fertilizantes, piensos, pesticidas y otros insumos».
A ello se suman las dificultades para el transporte marítimo y la disponibilidad de energía eléctrica.
Solo entre marzo de 2003 y febrero de 2024, los daños y perjuicios materiales para el país ascendieron a más de 5.500 millones de dólares, según cálculos de las autoridades cubanas.
«Es el sistema de medidas coercitivas unilaterales más abarcador, integral y prolongado que se ha aplicado a lo largo de la historia contra país alguno», lamentó.
Pese al abrumador apoyo de los países miembros de la ONU contra esta medida adoptada en 1962, en plena Guerra Fría, por el presidente John F. Kennedy para asfixiar al régimen comunista, su efecto será limitado.
Efecto limitado
«Estas votaciones anuales sobre el embargo son un momento privilegiado para que los cubanos muestren una mala cara de Estados Unidos», que «responde mucho más a factores políticos internos que a lo que digan los Estados de la ONU», dice Richard Gown, investigador del Crisis Group.
«Estados Unidos no va a dar marcha atrás en el embargo si eso va a irritar a los votantes cubanoestadounidenses», dice en un mensaje a la AFP.
En la tribuna de la ONU se han sucedido los adjetivos contra el bloqueo: «neocolonialismo», «sistema injusto e inhumano» o «violación flagrante y sistemática de los derechos humanos» o «castigo colectivo».
En 2015, bajo la administración del demócrata Barack Obama, los gobiernos de ambos países empezaron un proceso de normalización de las relaciones diplomáticas aunque sin levantar el embargo.
Pero la llegada del republicano Donald Trump en 2017 reforzó su implementación, medidas que en buena parte ha mantenido su sucesor, el demócrata Joe Biden, incluida la de no sacar a Cuba de la lista de países promotores del terrorismo.
La resolución exige asimismo que el secretario general solicite a los estados miembros y otros organismos un informe sobre su cumplimiento a la luz de los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas y del derecho internacional y lo presente a la Asamblea General.